Cuando nació la idea de diseñar una serie de personajes para irle dando identidad a los Goodies, el primero que supe que tendría que hacer fue mi niño interior, curiosamente, cuando hice los primeros rayones, algo en mí me dijo que tal vez yo no tenía un niño sino una niña guardada dentro de mí. Estos son el tipo de pensamientos y emociones que no tengo un argumento racional para respaldar, solo mi intuición me hace sentirlo, si me preguntan por qué estoy tan seguro que es mujer, les diré solo que al verla, supe que a esa niña yo ya la había conocido de antes.
Gracias a que no tengo problema ni prejuicio alguno con mi feminidad y a que varios años de terapia me han ayudado a descubrir y a conectar con la mujer que llevo en mi corazón, hice el dibujo de Nachita y me quedé mirándolo detenidamente (el nombre es tan solo porque mi segundo nombre es Ignacio). Cuando esta niña apareció sentí un montón de emociones apelmazadas tratando de salir, me quedé apreciándola, como dándole un fuerte abrazo con mi mirada, dándole gracias por estar ahí y por ser parte de toda mi existencia.
No les niego que Nachita en algunas ocasiones llega a ser un sujeto insoportable, es mal criada y hace ruidosas pataletas que desequilibran toda mi estructura espiritual, suele ser a veces muy nerviosa y asustarse fácilmente, se apega demasiado a las personas que ama y ni hablar de su ansiedad por querer tener todo de inmediato, sin embargo, Nachita es un alma noble y pura (quizás la más) tiene un corazoncito repleto de ternura, le encanta amar y gratificar a los demás, le gusta decir lo que piensa y lo que siente, especialmente cuando son cosas bonitas (a veces le cuesta trabajo decir lo malo), tiene una imaginación que vuela sin límites y una capacidad creativa genial.
Le encantan los animalitos, pero no se los dejan tener en casa, ama los dibujos y los lápices de colores, odia los deportes y tener que ir al doctor (y el problema es que a veces se enferma con facilidad), come de todo pero lo que más le gusta son los espaguetis y la pizza, es delicada pero le gustan las caricaturas y la música violentas, ama ver dibujos animados como nada en el mundo, le encanta montar en su pequeña bicicleta, su madre solo la deja ir de una esquina a otra de la cuadra en donde viven, ya que a veces es un poco sobreprotectora con ella, lo que Nachita nunca le ha contado a su madre, es que su sueño es llegar un día hasta la esquina, girar y seguir pedaleando, pedaleando y pedaleando sin parar solo por el placer de descubrir, si puede llegar con sus propios pies hasta donde antes creía que solo se podía llegar en bus.
A veces he castigado severamente a Nachita, se me ha ido la mano en más de una ocasión, la he encerrado para no escuchar sus gritos ni su llanto que me desesperan, he dejado que le manden medicamentos para poderla “calmar”, le he pedido que se largue para poder ser un adulto maduro, desconociendo que fue ella quien me permitió madurar y que las ideas que mi adulto vende para poder ganarse la vida, es ella quien las crea, a veces la he sobrecargado de trabajo y luego me he negado a dejarla hacer lo que la hace más feliz por pereza o por miedo, mejor dicho, creo que no he sido la mejor compañía para ella, pero para eso le di forma, para tratar de reconciliarnos, para dejarla salir y ser libre, para invitar a otros “adultos” a que como yo, le den forma a sus niños interiores y traten de vivir un poco más felices con ellos.
Gracias Nachita hermosa por ser parte de mí, te amo con todo mi corazón.